martes, 12 de abril de 2011

Vivencias de un baúl, esencias por compartir





Es cuando miro al pasado, cuando veo cuantas veces mi cabeza se enredó y se desenredó, a veces cuesta desprenderse de la más mísera de las encerronas de nuestro propio ser...

Varias fases, bajos y altis, han ido experimentándose en mi cuerpo.

Poca a poco. La cinta negra, ha tornado gris. La sensación de vacío se simbolizó con uno de los más bellos baúles. Eso sí, semi lleno de flashes con sus correspondientes emociones.

Porque nada esta vacío si uno no quiere. Tan solo se trata de ir ordenando nuestro ser en aquel lugarcito donde podamos ver con alegría que somos nosotros mismos elevados a nuestra máxima potencia. Dar lo mejor o al menos intentarlo. Cada uno con sus miedos a superar... pero sabiendo que al final el miedo tan solo es...eso... miedo. Algo etéreo. Algo contra lo que si nos lo proponemos, podremos vencer... y nuestro mejor antídoto será, sí, el amor y luz que desprendamos. Nada fácil, pero recompensante.

Para llegar a todo esto, nuestros mejores compañeros de viaje serán aquellos ojos ilusionados, maduros y consejeros que nos encontramos por el camino. Quizás no nos acompañen todo el trayecto pero la aportación sí. No importa, si ha sido en un país u otro, no se trata en el fondo de palabras, sino de emociones, y más aun cuando estos dos se aúnan. Una sonrisa en el metro, un abrazo ingenuo, un desayuno multilingüe, una breve conversación en el puerto, un amanecer acompañado, un breve espacio ocioso compartido...
Playa, montaña, ciudad, pueblecitos recónditos...
Apertura. Flexibilidad.
Ellos nos darán las primeras nociones de este interesante mundo por descubrir, y que al final es cuestión de perspectiva, ganas y motivación.

No obstante, hay que digerir con cada paso dicha avalancha de información y contra información, y sobre todo de emoción. Tomarse su tiempo para ello es la clave de esta sabiduría...“Tu baúl, tu esencia por vivir”

2 comentarios:

  1. Lo describes a la perfección y creo que la clave está en ordenar y aceptar todo y en cada momento de nuestras vidas para ir manteniendo la cordura. Desconozco si en tomarse un tiempo en digerir cada paso está la sabiduría pero desde luego si que ayuda a encontrarse más cerca de uno mismo... en aceptarse y encontrar "algo" parecido a la felicidad (supongo!)... :)

    Un abrazo Tamy.

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