domingo, 16 de enero de 2011

oteando momentos


Quizás es en un paseo solitario, donde el ser humano más puede disfrutar de sí mismo, de su esencia y de ser conscientes de la conexión con su alrededor. Esas sonrisas ingenuas de quienes se pelean por el tesoro más preciado: la bicicleta, la conversación espontánea de dos afables ancianos, el guiño de complicidad de dos enamorados, el objetivo empañado de aquel que juega a ser paisajista de la vida, e incluso aquel ajetreo de tazas y tacitas en la tetería, cuyos sonidos al final se convierten en el replicar de la cotidiano y lo cultural...
 
Experiencias de un momento, de un día, de un mes, de un año, que conforman un momento más de la amplia historia de una localidad, una comunidad, un país y un MUNDO. Seamos conscientes de todo esto, y así podremos valorar más nuestras huellas de cada día en nuestro paseo con caducidad de este sendero cuanto menos...emocionante.





 Os invito a que vuestra profesión sea por un día: oteadores de la VIDA a "vista de pájaro".