lunes, 26 de abril de 2010

Pelo, pico, pluma...



Paseas, creces, cual pollito desplumado, con pico pequeño y patitas temblorosas, te adentras en el corral, o con mucha suerte, en los jardines de suculentos gusanos. No obstante, eres consciente de que hay veces en las que es necesario comer un poco de barro para volver a la tierra, para así sentir que eres parte del mundo y que te queda mucho por aprender y plantearte.

Sabes que volar, será dificil, pero toda una meta y reto por la que cada día piar más fuerte, por la que aletear, por la que fallar, no una, ni dos ni tres veces sino incluso muchas, muchisimas más. Entonces un precioso plumaje se extenderá, no importa el tiempo que hayas pasado para conseguirlo, porque merecerá la pena. Tan solo hay que contemplar ese maravilloso vestuario dorado. Sí, te sentirás feliz. Es imprescindible que  lo interiorices. Y que así, valorando todo ello, sigas tu rumbo. Aquel lleno sobre todo de respeto, amor, fortaleza y altos vuelos.

Incluso,  llegará un día en el que sientas que debes transmitirlo. Enseñarás con gratitud ese fantastico viaje de huir del corral.Otear con ojos positivos cada uno de los angulos del paisaje.

Volar el  propio sueño.