Quizás es en un paseo solitario, donde el ser humano más puede disfrutar de sí mismo, de su esencia y de ser conscientes de la conexión con su alrededor. Esas sonrisas ingenuas de quienes se pelean por el tesoro más preciado: la bicicleta, la conversación espontánea de dos afables ancianos, el guiño de complicidad de dos enamorados, el objetivo empañado de aquel que juega a ser paisajista de la vida, e incluso aquel ajetreo de tazas y tacitas en la tetería, cuyos sonidos al final se convierten en el replicar de la cotidiano y lo cultural...
Experiencias de un momento, de un día, de un mes, de un año, que conforman un momento más de la amplia historia de una localidad, una comunidad, un país y un MUNDO. Seamos conscientes de todo esto, y así podremos valorar más nuestras huellas de cada día en nuestro paseo con caducidad de este sendero cuanto menos...emocionante.
Os invito a que vuestra profesión sea por un día: oteadores de la VIDA a "vista de pájaro".
Foto: Puerto de Howth (Dublín-Irlanda) Verano '10
ResponderEliminarDa igual en donde se haya tomado la foto Tamy, lo importarnte es lo que inspira... libertad, aunque solo sea por un momento.
ResponderEliminarTienes razón, todos deberíamos aprender a valorar más lo que más cerca tenemos... a nosotros mismos y esas pequeñas cosas que a menudo pasan desapercibidas a nuestro lado!
Un beso.